Oscar (Nathaniel Brown) y su hermana Linda (Paz de la Huerta) acaban de llegar a Tokyo, donde ganarán dinero con trabajos mal vistos: él como traficante de drogas y ella como stripper de un club nocturno. Durante una redada de la policía, Oscar recibe un disparo. Mientras agoniza, su espíritu se libera de su cuerpo y mantiene la promesa que le hizo a su hermana, que nunca la abandonaría. Él niega a abandonar el mundo de los vivos. A partir de entonces vaga por la ciudad y sus visiones se vuelven cada vez más distorsionadas, pesadillescas. Pasado, presente y futuro empiezan a confundirse.